martes, 4 de febrero de 2014

COMPETENCIAS CIUDADANAS


CARACTERÍSTICAS DE LAS COMPETENCIAS CIUDADANAS


SEGÚN :                  MARINA, J. Y BERNABEU          /           SANCHEZ A, M,

 

 

Los autores Marina, J. y Bernabeu, R.  dan a  conocer  al lector  qué es una competencia y la definen como un vehículo que permite vivir en sociedad, comprender la realidad social del mundo en que se vive y ejercer la ciudadanía democrática; que está comprometida   con los valores universalmente aceptados, los derechos humanos y los valores constitucionales. Se persigue con ello una ciudadanía del mundo compatible con la identidad local, formada por individuos que participan activamente; por lo tanto analizan la necesidad de que la educación contemple, como una de sus metas la formación de ciudadanos.  

El proceso educativo no debe ser solamente Español y Matemáticas sino debe preocuparse por formar ciudadanos con un conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes esenciales que les permita tener una vida plena dentro de la sociedad. Es por ello que se deben abordar contenidos  necesarios para la adquisición y desarrollo de la competencia social y ciudadana como núcleo que incorpora formas de comportamiento individual que capacitan a las personas para convivir en una sociedad cada vez más plural, relacionarse con los demás, cooperar, comprometerse y afrontar los conflictos; estos contenidos, las edades en que se va desarrollando y los recursos pedagógicos, así como los obstáculos para su educación.

 Adquirir esta competencia supone ser capaz de ponerse en el lugar del otro, aceptar las diferencias, ser tolerante y respetar los valores, las creencias, las culturas y la historia personal y colectiva de los otros, y para ello determinan estos factores, que configuran una teoría de valores y,  por ello , un modelo de sociedad: la conciencia de la vinculación; la autonomía personal; la comunicación, comprensión y empatía; cooperación y colaboración; resolución de conflictos; sentimientos prosociales (altruismo, solidaridad, compasión y conductas de ayuda); respeto a todo lo valioso; conductas de participación

democrática.  De acuerdo con estos autores si todos estos contenidos se desarrollan de una manera activa y democrática, el aprendizaje de los valores se realizará de una forma vivencial y no sólo de transmisión de conocimientos.

En este sentido, el Plan de Estudios 2011 contempla todos estos valores de los cuales nos hablan los autores, y están siendo aplicados en las aulas, de tal manera que no solo se definen como conceptos sino que se le proporciona al alumno estudios de casos que involucran la solución de problemas basados en valores, consiguiendo de esta manera un acercamiento del alumno a situaciones reales y cotidianas que les permitan ser asertivos dentro de su relación e interrelación con la sociedad.

 

Por otro lado, en “Ciudadanía y enseñanza de la historia”, María Sánchez Agustí relaciona el estudio de la historia  con la formación de ciudadanos reflexivos y críticos; a lo largo de todo ese siglo la historia (junto con la geografía) fue adquiriendo cada vez más peso en el currículo, nada más que ha variado el objetivo que había prevalecido por mucho tiempo la de estar  dirigida a desarrollar en los alumnos el sentimiento de pertenencia a la Nación, por el de la historia al servicio de la educación para una ciudadanía democrática. Este objetivo de la Educación Histórica cobra una gran relevancia, ya que ésta ha hecho de la democracia su seña de identidad y el baluarte necesario para dar cohesión social a la pluriculturalidad de sus miembros. En    este sentido se basa en valores como el respeto por la dignidad humana, la no discriminación, la solidaridad  la libertad, la democracia, la igualdad, y el estado de derecho y por lo tanto no permite prácticas sociales o políticas autoritarias, discriminatorias o que vulnérenlos principios de la dignidad humana.

En el ámbito concreto de la enseñanza de la Historia, el propio Consejo de Europa ha definido unas directrices, donde el aprendizaje de los contenidos históricos (especialmente de la historia reciente) deben servir para la reflexión, para superar las discordias, y para vivir en paz y democráticamente. No se trata de sustituir el patriotismo nacional, sino de asumir la diversidad cultural, valorando lo común y aceptando lo diferente.

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